Tratamiento en niños con diabetes mellitus tipo 1
Generalmente los niños que debutan con diabetes presentan unos niveles de glucosa en sangre muy elevados y para normalizarlos precisan dosis altas de insulina, sin embargo, al cabo de unas semanas pueden, no siempre, presentar unos niveles de glucosa prácticamente normales, precisando dosis muy bajas de insulina. Incluso a veces podrían estar sin insulina y tener una glucemia normal.
Esto es debido a que el niño entra en la fase que conocemos como “periodo de luna de miel” o de remisión parcial, donde en cierta manera se atenúa la destrucción de células beta, las fabricantes de insulina, y podría haber una cierta regeneración de estas, dando lugar a que las células beta puedan sintetizar suficiente insulina como para mantener la normoglucemia con muy poca insulina exógena, o incluso sin la administración de insulina. La duración de este periodo de luna de miel es muy variable, oscilando desde casos donde no llega a producirse, a casos donde dicho periodo puede durar varios años.1 Es importante mantener la insulinoterapia externa, es decir, la administración de insulina, aunque se precisen dosis de insulina muy pequeñas, para ayudar al páncreas y prolongar este periodo lo máximo posible.2
Los sitios de inyección son posibles en el nivel:
- Desde la superficie anterior y externa de los brazos y muslos
- Desde la parte externa del abdomen
- Y desde lo alto de las nalgas

Muy rápidamente, los niños solicitan usar preferiblemente un área que sienten que es menos dolorosa y el riesgo es abandonar los otros sitios. Si bien es esencial escuchar los temores de tu hijo y tenerlos en cuenta, es igualmente importante tranquilizarlo y alentarlo a variar los sitios lo mejor que pueda, preguntándole qué es fácil y qué más difícil. Gran parte del control de la glucemia se basa en asegurar una correcta absorción de la insulina. Y esto depende de dos cuestiones fundamentales: saber utilizar la técnica de inyección que asegure que la insulina se ha alojado en el tejido celular subcutáneo (la grasa); y, en segundo lugar, que este tejido graso esté siempre en las condiciones más adecuadas para absorber la insulina sin dificultades. Si sueles inyectar la insulina en las mismas áreas de la piel, esta puede volverse dura e inflamarse, lo cual puede condicionar en gran medida la absorción real de la dosis inyectada.3
La lipodistrofia es un engrosamiento, bulto o alteración de la capa grasa de la piel que aparece en las zonas habituales de inyección. En algunas ocasiones estas lesiones pueden percibirse como zonas algo más duras al tacto, pero inapreciables a simple vista. O también pueden tener la apariencia de una cicatriz. Pueden ser zonas que están inflamadas y que sobresalen, pero no presentan ningún enrojecimiento e incluso pueden ser indoloras. Al margen del aspecto de la piel, lo más preocupante de la lipodistrofia es que puede comprometer el éxito del tratamiento con insulina, ya que el crecimiento celular irregular de la piel puede provocar una mala absorción de esta hormona. Esto provoca grandes fluctuaciones en la glucemia, tanto hiperglucemias como hipoglucemias, con el consiguiente peligro que ello supone.3
Si modificamos algunos factores y hábitos podemos impedir la aparición de las lipodistrofias:3
- Es recomendable, por lo menos una vez al mes, que palpes las zonas en donde inyectas la insulina.
- Utiliza una aguja nueva en cada aplicación, no las reutilices porque se producen microtraumatismos que favorecen la aparición de lipodistrofias.
- Deja al menos dos dedos de separación en la piel entre pinchazo y pinchazo.
- Junto al doctor establece un esquema de rotación de inyecciones que os resulte fácil de seguir.
- Alterna las inyecciones entre distintas zonas: brazos, abdomen, nalgas y muslos. Pero ten en cuenta que el abdomen es el sitio donde mejor y con mayor rapidez se absorbe la insulina: en ocasiones es hasta dos veces más rápida que en otros sitios como los brazos o muslos. Asimismo, es importante saber que el centro del abdomen es más graso y con menos terminaciones nerviosas que los laterales, así que, aunque sea más cómodo inyectarse en el centro, puede que no se absorba con la rapidez que debería.
Es normal que el niño resista la inyección al comienzo del tratamiento, especialmente desde que es joven. Por lo general, no dura mucho tiempo, pero si este miedo persiste, es importante no dudar en discutirlo con el equipo de atención médica para comprender las razones y encontrar soluciones.
Se pueden proponer diferentes enfoques, por ejemplo:
- La enfermera/o puede administrar a los padres la primera inyección (sin insulina), para que tengan su propia percepción y estén menos ansiosos;
- Tú y tu hijo podéis estar acompañados por el personal de enfermería durante el tiempo que sea necesario, mientras persista la aprehensión.
- Tranquiliza al niño dejándolo manejar, involucrándolo, dejándolo inyectar en un juguete blando o en un peluche.
- Puedes aplicar frío (cubito de hielo o bolsa de hielo) en el área donde tu hijo recibió la inyección durante unos segundos para disminuir el dolor.
Por ejemplo, es común que ciertas insulinas creen una sensación de ardor cuando se inyectan. Algunas familias han podido usar con éxito agujas más largas, haciendo que la inyección sea menos dolorosa. Sugerirle a tu hijo que pruebe una nueva aguja puede ayudarle a elegir un sistema que se adapte a él y le permita vivir mejor su tratamiento.
En algunas situaciones, el niño accede rápidamente a las inyecciones en el hospital, es cooperativo y las enfermeras y sus padres lo valoraron y agradecen. Si embargo, la necesidad de continuar las inyecciones cuando llega a casa puede, en algunos casos, causar una gran decepción. Algunos niños imaginan que tal vez se curarían cuando salieran del hospital. Es esencial decirle en el hospital que cuando llegue a casa seguirá necesitando la insulina.
A veces puede ser necesario que los padres y el niño reciban apoyo durante algún tiempo de una enfermera en el hogar, si el miedo del niño persiste. En esta fase inicial, el niño y sus padres reciben el apoyo del equipo para identificar rápidamente las dificultades y la resistencia al tratamiento.
En el control de la diabetes mellitus tipo 1 las pautas de insulinoterapia han de ser individualizadas y adaptadas a cada caso según sea el perfil glucémico de cada paciente. Por lo tanto, para conseguir un buen ajuste de pauta y dosis, la persona con diabetes deberá realizarse al menos cuatro controles glucémicos diarios. Los objetivos glucémicos óptimos para un adecuado control metabólico se establecieron en consenso por la International Society for Pediatric and Adolescent Diabetes (ISPAD) el año 2000.4

Glucemia
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mmol/l
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mg/dl
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Preprandial | mmol/l: 4.0-7.0 | mg/dl: 80-140 |
Postprandial | mmol/l: 5.0-11.0 | mg/dl: 100-180 |
Nocturna (3:00 AM) | mmol/l: No < 3.6 | mg/dl: No < 80 |
Los niveles esenciales de azúcar en la sangre son:
- Azúcar en sangre en ayunas: se mide antes del desayuno y permite la adaptación de la insulina lenta. Este nivel de azúcar en la sangre sigue siendo necesario incluso si el niño no desea desayunar, una situación muy común en los adolescentes. Es interesante poder comparar este azúcar en la sangre con el anterior a la hora de acostarse para garantizar la estabilidad de los niveles de azúcar en la sangre durante la noche.
- Azúcar en la sangre antes de las comidas: mañana, mediodía, merienda y tarde.
- Glucosa a la hora de acostarse: 2:30 a 3 horas después de la inyección de la cena. Esta glucemia es importante porque permite, al estar en el objetivo glucémico, comenzar la noche al estar equilibrado.
- Niveles de azúcar en la sangre si hay signos de hipoglucemia o hiperglucemia.
- Ahora es posible controlar los niveles de azúcar en la sangre de tu hijo de forma continua utilizando la técnica del sensor glucémico.
Referencias
- https://diabetesmadrid.org/que-es-el-periodo-de-luna-de-miel-como-afecta
- https://www.fundaciondiabetes.org/infantil/176/que-es-la-diabetes-ninos
- http://spdiabetes.es/te-interesa/26/prevenir-las-lipodistrofias-como-cuidar-las-zonas-de-inyeccion
- https://www.seep.es/images/site/publicaciones/oficialesSEEP/consenso/cap23.pdf